por maugericecilia | Feb 22, 2016 | Biblioteca
I Tan huesolita que te ibas tan envidiada de qué sombras la tierra ardía huesolita la siesta ardía melodiosa tan como ibas tu sonrisa era una piedra arrobadora y era otra piedra mi costilla dulcequeamarga solasola cuajada de alta pedrería eran tus voces tan palomas...