Los de la foto (a la izquierda) son mi abuela Elisa y mi abuelo Lilo. Están posando en la Alhambra con una pareja amiga. Es de la “época de oro”. No sé cómo hizo, pero mi abuelo empezó vendiendo en un almacén y terminó teniendo una empresa de banquetes. Hoy sería un caso de éxito emprendedor..

 

Mis abuelos nacieron en Argentina, pero sus papás venían de Coirós (La Coruña) y Ponferrada (León). Tengo una foto de mi abuela sentada en la puerta de la casa de su mamá. Está hecha de piedra y tiene una puerta de madera de ésas que están partidas en dos y se pueden usar como ventana también. Es el único dato que tengo.

 

Siempre tuve mucha curiosidad por saber de dónde vengo. Por suerte, comparto ese interés con mi pareja. Y, por más suerte aún, venimos del mismo lugar. Nuestros bisabuelos, en España, vivían a kilómetros de distancia. Nuestros abuelos, en el mismo barrio, acá en La Boca. Y nosotros, después de tantos años de acercamiento entre nuestras familias, nos encontramos.

 

Con hechos como éste (y muchos otros más que voy descubriendo) me es muy fácil pensar que la vida tiene una trama. Y que es muy posible que exista un destino. Yo no sé cuánto decido en mi vida. Quiero creer que mucho. Supongo que yo elijo este viaje por propia voluntad. Pero en el fondo sé que estoy aceptando un llamado.

 

Allá voy, con todo gusto. Con una foto en una mano y el corazón en la otra.

 

¿Te gustaría que te cuente sobre el viaje? Se me ocurrió escribir, a la vuelta, una serie de cartas narrando la experiencia del viaje a la raíz. Si querés recibirlas, sólo tenés que dejar tus datos en este formulario:

 

 

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